Escorpio.
No pulules tu
aguijón sobre mi espalda.
No despiertes pero
despierta alguna vez.
Cálidos y hondos
son los hoyos de tus sombras
Que traen a dicha
el principio ínfimo de la deshonra.
Escorpio
enmascarada,
Tu alma es alabeada
y culmina en unas formas de cristal,
Oscurece tu recinto
bajo los pálidos nombres de tus miedos.
Y nunca huyas,
mujer escorpio, de las expresiones cortas.
Que del juego de
esas sombras, otra vez,
Ha nacido el dilema
humano.
Los odios y amores.
Nunca te dejo
Escorpio
Así
.